Padre Nuestro Hadrian 

Andan ladrando los perros
a leguas les notó el hambre, me quieren bajar el dedo
pero soy barriobajero y traigo un sexto sentido que me ubica a los rameros
Si no tiene luz, ni brillo, no quiera apagar la mía que para taparme el sol tiene que comprarme el día
me lo dijo una gitana, cuídeseme de la envidia, que es un cáncer silencioso, que de lo ajeno se inspira

padre nuestro alla en el cielo, librame de las arpias del que me trae en la mira fariseos y del ego y sus tentaciones
de mujeres y mentiras
de los vicios y placeres que me consumen la vida.

Si la calle es una selva, hay que aprender a ser leones y no carne de cordero.
Yo tengo voz de profeta
para que no haya sorpresas ni traiciones de rastreros.
Aprendí a ser reservado, como los mejores vinos pa no levantar sospechas para no cumplir caprichos
y si me tocan lo mío, seguro va a haber un lío, tengo frío el corazón por eso ni en mí confío

Padre Nuestro allá en el cielo, líbrame de las arpias
del que me traen en la mira Fariseos y del ego y sus tentaciones de mujeres y mentiras de los vicios y placeres que me consumen la vida


Que me consumen la vida

Que me consumen la vida


Y cuídame de la envidia