Biografía de Cheo Feliciano
José Luis Feliciano Vega, mejor conocido como José "Cheo"
Feliciano, nació el 3 de julio de 1935 en Ponce, Puerto Rico, y
falleció el 17 de abril del 2014 en Cupey, Puerto Rico.
José "Cheo" Feliciano fue considerado como la voz más privilegiada
del pentagrama salsero, graduado de la escuela de soneros de Ismael
Rivera y discípulo del acento y la eufonía de Tito Rodríguez. En la
ciudad de Nueva York se curtió en las grandes orquestas latinas de
la década del 50, con quienes aprendió las mañas del arte de la
canción hasta lograr despuntar entre los más renombrados artistas
de la época. Su carrera musical selló uno de los episodios más
significativos en el repaso de nuestro cancionero popular por su
excelente capacidad interpretativa en géneros diversos como el
bolero, la salsa, la pachanga y el cha-cha-chá. Además, ha
refulgido por la calidad de su voz, sus fraseos y sus tonos
melodiosos, y graves a la vez, que saben entrar al juego con las
armonías provocando momentos sublimes y cadenciosos. Ése es Cheo
Feliciano, el cantante que todo salsero aspira ser. Completo,
excelso, virtuoso, afable, simpático y humilde.
Cosechó su arte en la armonía del bolero en 1949, el intérprete de
"Anacaona" inició sus estudios musicales en la Escuela Libre de
Música "Juan Morel Campos" de Ponce, con la ilusión de aprender a
tocar guitarra y trombón, aunque siempre sintió atracción por la
percusión. "Era un jovencito cuando se estableció la primera
escuela de música en el pueblo. Recuerdo que el director era
Librado Net y tomábamos clases en los camerinos del teatro La
Perla. Julio Alvarado, que dirigía la Orquesta Casino de Ponce, fue
mi primer maestro y me tuvo casi tres años aprendiendo solfeo y los
valores y fundamentos de la música porque no habían instrumentos
disponibles para estudiar y cuando llegó mi trombón, mi papá nos
dice que teníamos que mudarnos a Nueva York porque la cosa estaba
mala", narra el cantante.
Antes, había aprendido a armonizar de oído deleitándose con el
trabajo del trío romántico Los Panchos, en especial el
desenvolvimiento de su segunda voz, Chucho Navarro. Asimismo, había
desarrollado el gusto por la música clásica gracias a la influencia
de un vecino suyo que escuchaba piezas de Debussy y Ravel, aunque
su mayor inspiración fueron sus padres Crescencia y Prudencio.
"Mi papá era un carpintero que trabajaba de sol a sol. Un hombre
bajito que cargaba una caja de herramientas que pesaba como 80
libras y caminaba dos o tres millas diarias para llegar al trabajo,
seis días a la semana. Cuando llegaba el domingo le decía a mi
mamá: 'Hoy usted se lava el pelo y se sienta en la sala que yo voy
a cocinar'. Entonces, empezaba a cantar canciones de la época, de
contracanto, en especial de (el dúo de) Quique y Tomás, y recuerdo
que mi papá decía unas líneas en la cocina y mi mamá le contestaba
desde el cuarto. De niño añoraba los domingos por eso", comenta
el cantante.
La gran escuela de Nueva York
Igual que la historia de muchos puertorriqueños, Cheo Feliciano se
mudó con su familia a la ciudad de Nueva York "porque no había
trabajo" en el país. Arribó a la gran urbe el 13 de septiembre de
1952, con 17 años de edad, y tuvo su primera residencia en la calle
31, entre Tercera y Lexington, a tres cuadras del Empire State
Building, dentro de una comunidad irlandesa.
"La experiencia de llegar a Nueva York fue difícil. Nos mudamos
a un sector de blancos y fuimos el lunar que cayó en aquel barrio.
Empezaron a culparnos de todo lo que ocurría, tuvimos muchas
dificultades. Vivimos allí un año, hasta que nos movimos a la calle
110, en el barrio puertorriqueño", señala.
A su llegada a la ciudad, optó por terminar su preparación
académica, pero sus intereses musicales torcieron su sendero,
prefiriendo codearse entre los músicos de la época, junto a quienes
comenzó a trazar su carrera y hasta se inscribió en la Unión de
Músicos de Estados Unidos, Local 802, en la calle 52 y Octava
Avenida. Para entonces, Cheo Feliciano –que conocía bien el
repertorio de las orquestas de Frank "Machito" Grillo, Arsenio
Rodríguez, Tito Puente y Tito Rodríguez– fue alimentando su interés
por la percusión, aprendiendo las técnicas de interpretación en las
tumbadoras de la mano del percusionista Francisco "Kako" Bastar,
quien, además, le facilitó su primera incursión en un grupo y su
primera gira musical a las ciudades de Quebec y Montreal, en
Canadá. "Con Kako desarrollé mi interés por la percusión. Él me
llevaba a sus ensayos y una vez me pidió que lo reemplazara en un
viaje que tenía que hacer con el grupo Ciro Rimac's Review porque
se iba a casar, y así fue que tuve mi primera experiencia en un
grupo, a los 18 años de edad", dice. Meses más tarde, se integró
como conguero del Conjunto Marianaxi de Luis Cruz (antes conocido
como Alfarola X), con quien hizo presentaciones esporádicas,
siempre buscando donde hallar su oportunidad.
"Como yo quería estar frente a los grandes maestros, en especial
Tito Rodríguez, Machito (Frank Grillo), Tito Puente y Mon Rivera,
me convertí en el carga maletas de todos ellos. Yo había cosechado
la amistad de los músicos de esas orquestas y por medio de ellos
llegué a los directores, con el único interés de escuchar la
percusión, ésa era mi pasión", apunta. De esa manera, pasó a
convertirse en el band boy de Tito Rodríguez, momento en que
despertó su pasión por cantar, absorto por la voz y el estilo del
intérprete de "Tiemblas", quien un día, a insistencia de sus
músicos, y un poco en broma, le cedió el micrófono y las maracas en
un abierto desafío frente a los bailadores del salón más importante
de Nueva York, El Palledium, para que demostrara cuánto sabía
cantar. "Damas y caballeros, la escuelita (nombre con el que
llamaba a su orquesta) se place en presentar su más reciente
descubrimiento. Con ustedes, el mejor cantante del mundo:
Cheo", pronunció Tito Rodríguez, al tiempo que se movía a la
barra para escuchar la interpretación de "Changó tá vení" y
"Barito", los primeros temas que cantó Cheo Feliciano, a los 20
años de edad.
"Una voz y mil recuerdos"
De niño, José Cheo Feliciano, disfrutaba de bailar y tocar la
tumbadora con sus amigos, entre los que recuerda a Raúl Manfredi,
inventor del baile del tornillo. Armó un conjunto infantil navideño
que llamó El Combo de las Latas. Cuando llegó a Nueva York con su
familia tuvo la intención de terminar sus estudios secundarios,
pero perdió interés cuando le hicieron repetir el segundo año en
inglés y abandonó la escuela.
Su primer trabajo en la gran urbe fue en un art supply como
mensajero. Se hizo miembro de la Unión de Músicos para estar cerca
de los músicos de la época, quienes solían reunirse en el local del
gremio. Para el tiempo que fue band doy de Tito Rodríguez, asistía
con sus amigos al parque en los famosos "Veranos de Nueva York" a
tocar tumbadoras y cantar. Era una fiebre de la época inspirada por
Kako Bastar, Papiro Madamo, Frankie Malavé, Carlos "Papato" Valdés
y Mongo Santamaría. Tito Rodríguez lo desafío a cantar tras la
insistencia de sus músicos quienes querían una oportunidad para su
amigo. Su primera interpretación en la banda de Tito Rodríguez fue
ovacionada por el público, por lo que el veterano vocalista le
gritó desde la barra: "Mira mulato, canta otra". Entró al sexteto
de Joe Cuba a sustituir a Willie Torres, quien abandonó el grupo
para ir a la orquesta de José Curbelo, una vez que el cantante del
grupo, Santitos Colón, fue reclutado por Tito Puente. Contrajo
matrimonio con Socorro Prieto León ("Coco") el 5 de octubre de
1957, justo cuando inició su carrera profesional como cantante de
Joe Cuba. Se lanza como solista en 1967, cantando con varias
orquestas, entre ellas Eddie Palmieri, con quien grabó varios
discos. Hizo un alto en su carrera en 1969 para resolver su
problema de adicción. Durante los años que estuvo separado de la
música salió al mercado, bajo el sello Alegre, el disco "José Cheo
Feliciano", en 1971. Tite Curet y Silvio Iglesias fueron testigos
en la firma del acuerdo de grabación de Cheo Feliciano con Fania.
Se incorporó a su rol de cantante en 1972, con la producción
"Cheo". Fue una de las principales figuras en el grupo de Las
Estrellas de Fania. En 1985 cantó en el teatro "Amira de la Rosa",
en Barranquilla (Colombia). Personificó al padre del pelotero
Roberto Clemente en el musical "Clemente", producido en 1987 en
Puerto Rico. Ha recibido numerosos premios por su esfuerzo,
incluyendo el "Front Page Award" del diario New York Daily News.
Nació en él una nueva vidaCheo Feliciano vivió una etapa de su vida
inmerso en el consumo de drogas, justo en el florecimiento de su
carrera artística y cuando aparecía en el escenario musical como
una de las más sólidas personalidades de la canción salsera y
romántica. Sin embargo, fue fuerte y optó por el camino de la vida,
recuperando las energías consumidas en la adicción e iniciando una
nueva etapa que derivó en glorias y triunfos para el cantante,
hombre, esposo y padre. A continuación, un breve relato de su
testimonio. "Estuve en la droga de una forma cuasi pasiva por 10
años y después se puso más violento, pero cada día se acrecentaba
más la adicción hasta que llegué a la heroína. "La heroína te quita
el apetito de todo, inclusive el sexual, y comienza a congelar tus
emociones y ambiciones, te aísla, te aparta del mundo. Sentía que
había llegado al fondo del barril, a lo más bajo que puede llegar
un hombre y no podía seguir en ese plano y menospreciando el cariño
y el amor de ese público y de mi familia. Decidí que tenía dos
opciones: quitarme la vida o cambiarla. Escogí que quería vivir y
decidí apartarme de todo, porque me estaba perdiendo, aunque tenía
fama. "Supe por medio de amigos, entre ellos Tommy Olivencia, de
(la existencia de) este grupo que querían hacer un movimiento para
ayudarse. Éramos adictos, y yo ingresé en la Navidad de 1969 y
estuve como tres años, y constantemente tuve la visita de dos
personas muy importantes en mi vida: Tite Curet, que resultó ser el
más importante autor en mi vida, y yo convertirme en quien más le
ha cantado; el otro fue Jerry Masucci, que me quería firmar un
contrato con Fania, pero siempre le dije que primero quería
resolver mi vida. Y así lo hice."
Se lanzó a buscar lo suyo
El cantante Cheo Feliciano inició su carrera en solitario
acompañado de las orquestas con las que se formó de joven,
deleitándose con sus melodías, sin considerar formar su propia
agrupación. "Hice mi salto a la aventura de tirarme como solista y
en esos primeros pinitos me acompañó Tito Puente, Machito y otros
grandes artistas que tuvieron que ver con mi formación", comenta el
salsero. En esa etapa de su carrera participó en la producción de
un disco junto a Eddie Palmieri, "Champagne" (1968), en el que sólo
interpretó el tema "Busca lo tuyo". El resto del trabajo de este
álbum fue interpretado por Ismael Quintana. Cuenta que su
participación con el veterano pianista fue un arreglo de amistad,
ya que no le interesaba atarse a ninguna agrupación y sí despuntar
su nombre como cantante. "Cuando Eddie me hizo el acercamiento le
dije que no porque había dejado el sexteto para hacer lo mío y
porque quería dejar de ser el cantante de y ser Cheo Feliciano. Él
me dijo que en el disco participaría de cantante invitado y
acepté", confiesa. Más tarde, en 1977, el nombre de Cheo aparece
como invitado en otra producción de Palmieri, "The Music Man",
aunque se trató de una recopilación de éxitos del músico que
incluyó el tema que despuntó en su disco original "Busca lo tuyo".
En cambio, en 1981 figuró como voz en la producción homónima de
Palmieri, cantando los temas "El día que me quieras", "Ritmo
alegre" y "Páginas de mujer". En el año 1969 visitó la Isla
acompañado del grupo de Kako Bastar, realizando una gira de
presentaciones que se extendió por un mes. Es ahí cuando el salsero
hace un alto en su carrera –que estaba en pleno auge y desarrollo–
por entender que necesita resolver su problema de adicción a
drogas. "Decidí quedarme en Puerto Rico e hice mi retiro total. Fue
cuando ingresé en el programa de rehabilitación de adictos de
CREA", dice.
Noble maestro del canto popular
En 1972, Cheo Feliciano reaparece en el ambiente musical con una
excelsa producción, trabajada para él por el fenecido compositor
Tite Curet Alonso, bajo el sello Vaya Records. La publicación de
este disco, titulada "Cheo", marcó el tiempo de una nueva era para
el cantante, quien permaneció tres años fuera de los escenarios por
problemas personales. Para esta ocasión, el salsero se nutrió de un
grupo de exquisitos músicos al mando de Johnny Pacheco, quienes
imprimieron un sonido espléndido a las composiciones de Tite,
arregladas por Bobby Valentín y Nick Jiménez. De esa manera, los
temas "Anacaona", "Pienso en ti", "Pa' que afinquen", "Mi triste
problema", "Si por mí llueve" y "Franqueza cruel", entre otros, se
convirtieron de inmediato en éxitos, revalidando como uno de los
mejores y más completos cantantes del país. La primera etapa de
esta grabación se realizó durante los años que Cheo Feliciano
estuvo recluido, voluntariamente, en los Hogares Crea. En ese
tiempo, Tite Curet, quien se convierte en uno de sus más cercanos
amigos y fanáticos, se encargó de confeccionar las canciones del
álbum, armando un proyecto que se adentrara al tono y color de la
voz del salsero, y que sirviera, a su vez, para evocar los tiempos
gloriosos del sexteto de Joe Cuba. El éxito del disco fue
monumental. Cheo Feliciano realizó un trabajo vocal espléndido que
le sirvió para impulsar su regreso a la música con bríos, casi como
un vaticinio de lo que serían sus próximos años. La segunda
producción que realiza fue "Cheo Feliciano with a Little Help from
My Friend" (1973), nuevamente de la mano de Tite Curet Alonso,
seguido del álbum navideño "Felicidades" (1973). Al año siguiente
se publicó el disco "Looking for Love" (1974), un trabajo
romántico, colmado de sentimientos, que el artista grabó en
Argentina con una orquesta dirigida por Jorge Calandrelli, quien,
además, se encargó de los arreglos musicales. "Con este disco pude
demostrar lo que tenía por dentro, lo romántico. Era mi deseo
cantar e interpretar boleros y de todos los discos que he hecho ése
es uno de mis favoritos por la afinación", apunta el cantante.
Luego surgió "Lo mejor de Cheo Feliciano" (1974), "The Singer"
(1976), "Cheo's Rainbow" (1976), "Mi tierra y yo" (1977) y
"Estampa" (1979), este último considerado por el artista como "el
mejor organizado, más completo y que más me satisface", además de
tratarse del primero que produjo en Puerto Rico, donde se radicó
desde 1975. Tras la publicación de "Sentimiento tú" (1980), el
cantante emprendió un nuevo rol en su carrera como productor de su
propio sello, Coche Records, con el que trabajó cinco discos,
aunque en el ínterin grabó para otras firmas. Entre los trabajos
más significativos que hizo en la década de 1990 se destaca el
trabajo de boleros "Los feelings de Cheo" (1990), "Cheo Feliciano y
La Rondalla Venezolana" (1996), "Un solo beso" (1996), "Cheo
Feliciano en Cuba" (1998) y "Mil voces, mil recuerdos" (1999). A
esa lista se suma su última producción "En la intimidad" (2002),
que incluye la última melodía que se le grabó a Tite Curet Alonso,
"Esa es tu fortuna".
José Cheo Feliciano falleció el jueves, 17 de abril de 2014, a las
4:13 de la madrugada, en un accidente automovilístico en Cupey,
Puerto Rico.